Un espacio para escribir

Me gustaría hablar como Aldo Schiappacasse, el hombre me ha hecho una nueva interesada en el fútbol con su estilo. Me gustaría verme como alguna de las Parson, ya saben, desde la cabeza hasta los pies. Me gustaría escribir como Sergio Paz, con su fantástica relación cantidad-calidad. Pero la verdad es que no tengo el don de la palabra del primero, el look de las segundas ni la llegada del tercero. Por eso, a pesar de mi larga resistencia, me entrego al mundo de los blog, el mundo virtual de los sin voz. Y aunque sé que vengo llegando tarde (no saben cuánto me costó encontrar un lugar que no estuviera ya ocupado), espero que sea de algún provecho.

Wednesday, November 21, 2007

M vs Carrie


Hoy es uno de esos días en que se pierde lo que hay de equilibrio universal. Hasta la griega de la lavandería, admirable por su siempre buen humor, anda atravesada. En parte puede ser la insoportable humedad, los restos de calor y vaya uno a saber cuánta electricidad hay en el ambiente. Y para superar lo que parece un comercial ochentero de Ladysan me he propuesto contabilizar de una vez las mil y una diferencias que hay entre Carrie Bradshaw y yo. Porque no nos engañemos, aunque no pasé de la segunda temporada y a pesar de que he visto decenas de películas y series en NY, sobre NY y con personajes de NY, Carrie está en la mente de todos (todas). Hasta vi Breakfast at Tiffany's con la esperanza de sacarme esa imagen de la cabeza o si lograba cambiar el referente, pero no se puede luchar contra el tiempo. Lo que fue ya fue, lo que es, es y lo que será, será. No por muy dicho es menos cierto (siempre quise decir esa frase). Entonces en el primer encuentro Carrie-M podemos concluir que las diferencias son tantas y tan evidentes en muchos casos que no vale la pena destacarlas todas, pero de muestra un botón:

1) Manhattan vs. Queens: Yo estaba de lo más tranquila viviendo en Queens. Qué me importaba que todas las películas se rieran de la gente que vive fuera de Manhattan. Pero un día en mi viaje al centro pensé en Carrie. ¿Por qué mi vida se hacía tan distinta? Y entre miles de razones: Carrie no anda en metro. Yo sólo anduve en taxi cuando me bajé del avión. Y claro, vivo ahora a una cómoda media hora de Manhattan, pero en metro. A mi favor: Seguro en los taxis de Carrie no se escuchan las conversaciones de antología y en todos los idiomas que me tocan a mí. Pero claro, ella vive en Upper East Side (léase al este del Central Park, topísimo), tiene un sector cocina separado del resto y un walking closet nunca visto (ni siquiera por acá por Queens) y renta controlada. Me saco el sombrero.

2) Trabajo vs. Cesantía: Carrie tiene el trabajo que yo quiero. OK. Quizás yo no escribiría de sexo, pero ¡tiene una columna! Le pagan por ser, como digo yo. Y no es sólo ficción. Su personaje está basado en Candace Bushnell, quien efectivamente tenía el trabajo que yo quería en la vida real. ¿A cambio? Tengo un hombre que Carrie envidiaría. Mi Mr. Big nortino (lo sé, aún vivo mi luna de miel).

3) Estilo vs. Vestir por supervivencia: Puedo argumentar que no tengo sus ingresos, pero no nos engañemos, tendría que nacer de nuevo para usar esos zapatos de tacón. A mi favor: Yo me visto solita. He visto cómo han pelado a SJP (Sarah Jessica Parker, recuerden que estoy en el país de las siglas) después de la serie. Desde que vive sin su asesora de vestuario su vida cambió. ¡Y vieran lo que dicen de la colección de ropa que sacó para Steve & Barry's en junio de este año! Se llama Bitten y no ha tenido muy buena recepción de la crítica. Por mi parte lo encuentro barato y usable. Aunque a veces mezcla la chaqueta de vestir con un buzo… puede ser un concepto post post moderno.

4) No puede ser mejor vs. No está mal: Tengo que decir que el cuerpo de esa mujer es admirable. A mi favor: La nariz (gracias naturaleza). La mía podrá ser un porongo, pero no desata comentarios. Me podría dar el dato de su pelo eso sí. Entre otros, claro.

5) Amigas newyorkers: Como buena inmigrante que soy, tengo amigas ídem. Podría ponerme a hacer un paralelo entre las de la serie y las mías. Pero puedo decir desde ya una gran diferencia: las mías son menores (yo también, digámoslo, aunque sea feo sacar a relucir estas cosas) y casadas. Igual se puede jugar a un paralelo pero no tengo nada parecido a la divertida Samantha de la serie.

6) Fumadora vs. Fumadora: Nada que decir. Como dos gotas de agua.

Finalmente, para salir de todas las dudas, hice un test en línea para saber si soy más Carrie, Miranda, Samantha o Charlotte. ¿Resultados? 40% Carrie, 40% Miranda, 10% Charlotte y 10% Samantha.

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