Un espacio para escribir

Me gustaría hablar como Aldo Schiappacasse, el hombre me ha hecho una nueva interesada en el fútbol con su estilo. Me gustaría verme como alguna de las Parson, ya saben, desde la cabeza hasta los pies. Me gustaría escribir como Sergio Paz, con su fantástica relación cantidad-calidad. Pero la verdad es que no tengo el don de la palabra del primero, el look de las segundas ni la llegada del tercero. Por eso, a pesar de mi larga resistencia, me entrego al mundo de los blog, el mundo virtual de los sin voz. Y aunque sé que vengo llegando tarde (no saben cuánto me costó encontrar un lugar que no estuviera ya ocupado), espero que sea de algún provecho.

Saturday, January 19, 2008

De M columnista a M coleccionista

Siempre he tenido la duda de si es mejor saber mucho de algo o poco de mucho. Como periodista –tantas veces renegada pero periodista al fin y al cabo- que soy, sigo teniendo la alternativa. Están los que dedican su vida con pasión a una cosa. Me encantan. Podrán no saber nada sobre cualquier otra cosa pero, ¡cómo se manejan cuando se trata de su tema!
Yo en cambio soy como un trailer. Puedo tener conversaciones de dos minutos perfectamente. Soy la perfecta señora de diplomático, con algunas fallas de protocolo.
En mi completa admiración por quienes toman una sola y única pasión, fuimos con Pineda a ver una exposición de retratos de Santa Fabiola en la Hispanic Society. En los últimos 20 años, el señor Francis Alÿs se ha dedicado a recolectar distintas obras que reproducen el retrato de la supuesta antecesora de Santa Teresa realizado en el siglo XIX por el francés Jean-Jacques Henner. Alÿs ya tiene cerca de 300. A excepción de unos cuatro, todos muestran a la santa en su perfil izquierdo, con su velo rojo y en las más diversas versiones (maquillada, rubia, morena, tipo actriz años 30, tipo travesti…) y técnicas (la mayoría oleos, pero también collage de semillitas y otros).
Siempre me gustó la idea de coleccionar algo, cualquier cosa. Pero requería de una persistencia que he demostrado no tener. Siempre venía mi otra personalidad –la ordenada- a decidir que hasta cuando con tanto cachureo y todo se iba a la basura. Literalmente.
Pero se me ocurrió ahora que recolectaría y coleccionaría algunas cosas de NY:
- Vistas tipo postal: Algunas del Central Park, la tienda Mac, esquinas del Soho, el Metropolitan y tantos lugares comunes que seguro olvidaría en meses al partir. Así como lo que he aprendido de inglés.
- Comerciales de TV: La mayoría, salvo algunos de remedios, optan por el humor para captar nuestra atención. Reconozco que con algunos me he reído fuerte y todo. ¿Será la novedad de tener el bendito aparato en casa?
- Pintas de la gente: Atrás queda el pudor y adelante van las ganas de destacarse. Es más importante verse diferente que verse igual. Andar por las calles adecuadas es pasearse por fotos de Sartorialist (blog que publica fotos con pintas destacadas de NY). De hecho ayer fui a un recital y andaba una mina sacando fotos. Demás está decir que pasó por el lado mío sin decir pío. Ni sacar una foto.
- Actitudes políticamente correctas: Cada cual hace lo que mejor le parezca. Y aunque el otro día me asusté cuando me tocó un skin head sentado al lado en el metro (ya me veía en LUN como la ecuatoriana que atacaron en Barcelona), todos andan de lo más campantes. Y lo que más me ha impresionado no son las distintas razas. Seré políticamente incorrecta pero los que más me han llamado la atención son los enanos. Punk, ejecutivos… Así uno aprende que hasta los más pequeños tienen su espacio en la Gran Manzana.
- Mi propia energía: Así como no se puede acumular electricidad para cuando no haya tanta agua o gas, yo me imagino que en algún momento voy a requerir de la energía que tengo ahora ¿¿¿¿Cómo la junto????

Saturday, January 12, 2008

NY, All Ways Surprising


Suegra vino a pasar la Navidad por estos lados y de entradita no le gustó la ciudad. La encontró vieja fíjense. Y vieja es, considerando que sus orígenes se remontan a principios del siglo XVII. No dijo sucia, pero seguro que lo pensó en cuanto puso uno piececillo en el metro. Todo se solucionó con un buen paseo de compras por Chinatown y las encandilantes luces de Times Square. Santo remedio.
Es que esta NY es una chica muy coqueta y no le gusta darse con todos a buenas y a primeras. Pero cuando saca su artillería no hay como resistirse. Por eso estoy más de acuerdo con quienes protestan por el slogan chileno para promocionarse en el extranjero: “Chile, All Ways Surprising”. Vayan a lavarse la boca con jabón. Porque si NY no dice esas cosas de sí misma, que nadie lo diga.
Y que alguien me venga a discutir que no es cierto. Sobre todo hoy mismo, cuando mientras escribo se está realizando el 7º Paseo/Viaje Anual en Metro Sin Pantalones (traducción libre, pero bastante apegada a su nombre real). Es la combinación de locura y organización que siempre sorprende. Porque la gente está citada a las 3 de la tarde, con puntualidad, en una determinada estación de metro para ser organizada en grupos a cargo de un líder. Sólo una vez dentro del metro deben sacarse los pantalones para quedar en ropa interior (se ruega no usar colaless ni similares para que nadie se sienta ofendido y se invita a usar dos capas de ropa interior si los hace sentir más cómodos) y bajarse en la estación de metro que, con anterioridad, su líder les habrá indicado. Incluso se dan consejos como qué decir en caso de que alguien les pregunte qué están haciendo o por qué están sin pantalones. “Me estoy poniendo cómodo” y “Sentía que hoy debía salir sin pantalones”, son algunas de las sugerencias.
“Only in NY”. Tomen ese slogan. Y es de lo más pegador además, miren que lo escucho tupido y parejo. La gente lo dice todo el tiempo en las series y la vida real (la tele y el metro son mis principales fuentes de información en caso de que alguien considere mi afirmación estadísticamente cuestionable).
Y para qué hablar del simple “I love NY”. No hay suficientes tazones, poleras, ceniceros, gorros y tonterilla suficiente con la gastada fracesilla. Los turistas no se cansan de llevarla y los “artistas emergentes” de hacer reinterpretaciones gráficas y conceptuales del asunto. Pero qué más se puede hacer con la Gran Manzana que puede ser como la fierecilla domada de las ciudades pero por eso uno la quiere tanto. Aunque a veces haya que escudriñarla y buscarle el lado.