Un espacio para escribir

Me gustaría hablar como Aldo Schiappacasse, el hombre me ha hecho una nueva interesada en el fútbol con su estilo. Me gustaría verme como alguna de las Parson, ya saben, desde la cabeza hasta los pies. Me gustaría escribir como Sergio Paz, con su fantástica relación cantidad-calidad. Pero la verdad es que no tengo el don de la palabra del primero, el look de las segundas ni la llegada del tercero. Por eso, a pesar de mi larga resistencia, me entrego al mundo de los blog, el mundo virtual de los sin voz. Y aunque sé que vengo llegando tarde (no saben cuánto me costó encontrar un lugar que no estuviera ya ocupado), espero que sea de algún provecho.

Tuesday, November 27, 2007

Viernes Negro: el desafío continúa


Ya fue el Viernes Negro. De acuerdo con los vendedores minoristas, 147 millones de personas repartidas en las tiendas de EE.UU. durante el fin de semana. Cada una de las cuales gastaron poco más de 300 dólares en su lista de deseos. Y porque estamos en días de crisis, que si no quizás a cuánto hubiera ascendido el monto.
Yo había sobrevivido a mi cumpleaños y a Halloween en NY. Incluso diría que este último lo aprobé con honores. Pretendo sobrevivir Navidad y Año Nuevo. Pero estos gringos malvados van y entre medio me tiran Thanksgiving y el Viernes Negro. Y la cosa me quedó grande.
El primero no es tan grave. Me faltó el pavo, el viaje en aeropuertos abarrotados de gente y, lo más importante, la familia disfuncional asociada. El pobre Pineda pone de su parte y yo hago lo propio pero nos faltan años de matrimonio y algunos otros detalles para armar la propia disfuncionalidad. Además, la descripción general me recuerda bastante a la Navidad chilena, que suma al listado anterior paseos nocturnos por diferentes casas familiares para satisfacer todas las necesidades de amor –propias y ajenas- entre el 24 y 25 de diciembre. Así que, aunque excluida, mantuve una actitud de empatía a la distancia.
Pero el Viernes Negro ya es otra cosa. Se trata del día después de Acción de Gracias, que presenta increíbles ofertas y da inicio a las rebajas previas a Navidad. Lo bautizaron así porque todo lo que se vende permite a las tiendas alcanzar número negros (por oposición a los rojos).
Semanas de noticias sobre la crisis hipotecaria en EE.UU., la debilidad del dólar y un cuantohay económico financiero, pero igual logran llevar a millones de personas a las tiendas. De hecho, en 2007 hubo un 5% más de consumidores repartidos que el año anterior. Y aunque la crisis impactó el gasto que cada uno de estos individuos realizó, no puedo más que reconocer mi pequeñez y sacarme el sombrero.
Y eso que vengo de un país con una gran fe en lo gringo y su estructura pro consumo. Ya antes de venir -y sin tener noticias de lo que tenía preparado el destino para mí- me hice fiel conocedora de los mall, outlets, tiendas internacionales como H&M y múltiples formas de compra física y virtual.
Pero aquí estamos hablando de profesionales, expertos en la materia. Aunque las temperaturas mínimas ya se acercan a los 0 grados (Celsius, que no me vengan con los Fahrenheit aún. El día que me cambie de medidas de temperaturas será el día en que diga “como se decía esto en español”), hicieron colas desde las 3 de la mañana para comprar. Van los días antes a probarse la ropa, se consiguen listados de precios por internet (hasta a mí me llegó uno) para hacer su lista de los deseos. Estamos hablando que un 14,3% de los compradores ya estaban haciendo de las suyas antes de las 4 AM.
Sí, reconozco que lo pensé. Que me veía luchando por un chaleco, un pantalón o una chaqueta a toda moda de NY. Pero cada vez que lo pensé, me veía también perdiendo la batalla. Debería haber empezado a entrenar meses antes, como lo hizo Lavín para la maratón, como Rocky en todas sus películas, para haber estado a la altura de la ocasión.
Así que ahora sumo a mis clases de conversación, un entrenamiento en terreno para irme de tiendas como corresponde. Puede que necesite una maletita con ruedas como las mujeres que andan por la calle 34 o Avenida Lexington. Puede que necesite más café y algunas palabras feas en inglés. Pero haré lo que sea necesario. NY no me la gana.

1 comment:

D J said...

Estoy en shock. Yo pensaba que el entrenamiento chileno en patronato era suficiente. Pero parece que no. Te mando toda mi energía y mis fuerzas. Estoy segura que esta batalla la ganarás!