Un espacio para escribir

Me gustaría hablar como Aldo Schiappacasse, el hombre me ha hecho una nueva interesada en el fútbol con su estilo. Me gustaría verme como alguna de las Parson, ya saben, desde la cabeza hasta los pies. Me gustaría escribir como Sergio Paz, con su fantástica relación cantidad-calidad. Pero la verdad es que no tengo el don de la palabra del primero, el look de las segundas ni la llegada del tercero. Por eso, a pesar de mi larga resistencia, me entrego al mundo de los blog, el mundo virtual de los sin voz. Y aunque sé que vengo llegando tarde (no saben cuánto me costó encontrar un lugar que no estuviera ya ocupado), espero que sea de algún provecho.

Sunday, December 30, 2007

Por viaje compro


Ahora entiendo la tan típica costumbre gringa de la Garage Sale. Y aunque cuando llegué pensé que podía sacarle partido a la idea comprando parte de mis bienes en algunas de ellas, ahora creo que lo más conveniente para mí será hacer una propia. Porque aunque íbamos derechito por nuestro camino de extranjeros asépticos, sin amarrarnos a bienes materiales, casi monacales en nuestro estilo de vida newyorker, en alguna esquina dimos mal la vuelta y zás: ¡Al cuerno con vivir ligeros de equipaje!
No sé si es que ya cumplimos cinco meses en NY o que ya pasamos nuestra primera Navidad, pero perdimos nuestra casa “de paso” y a cambio tenemos un departamento con cachureos, despelotes y, sí, también lugares favoritos.
La cosa empezó probablemente con la cama. En un ataque matutino de decisión extraño en mí, decidí dejar atrás nuestra cama inflable en expansión (cada vez era más grande y se desinflaba más rápido) y comprar una rasca pero tradicional tipo box spring. Desde entonces fue una cadena incontenible de eventos cuyo punto cúlmine se concretó en la Navidad y la semana de vacaciones de Pineda que, para suerte de nuestro presupuesto, concluye en Año Nuevo.
Pineda ya acumula tres cámaras de foto y yo he logrado completar mi cómoda con ropa, aunque por supuesto sigo encontrando que me falta por crecer en ese rubro. Además, ha llegado el pequeño querubín del hogar: la tele.
El Viejito-Pascuero-Pineda fue de lo más estético y compró una de las TV modernas y planitas que sería de lo más minimalista y elegante si no fuera porque la casa no acompaña el look. De cada pared cuelgan gorros, adornos étnicos y un cuantohay que podríamos llamar estilo ecléctico.
Súmenle el pocillito para la salsa de soya cuando comemos sushi, la cucharita china para tomar sopa, las pinzas para los tallarines, el pyrex chico y el grande, la ramita de pino que se las dio de árbol de navidad –que será desechable pero las luces de colores vaya a saber uno donde las voy a guardar-, las decenas de cable de computador, cámaras y ipod, los parlantitos del mismo aparato… Claro está que hemos construido esto durante meses, pero la explosión de los últimos días desbordó nuestros tres o cuatro muebles y el consumo se hizo carne.
Reconozco que me gustaba más mi casa minimal, con sus colores controlados: todo en blanco, rojo y negro, salvo en la pieza donde se permitían los tierra. Pero parece que cuando uno vive de verdad ensucia, compra y después se lleva las cosas para la casa.
Y aunque cuando embalamos todo para embodegarlo en Chile juramos y rejuramos que nunca más juntaríamos tanto cachureo, está visto que en Santiago o NY, uno sigue siendo el mismo. Una vez cachurero, siempre cachurero. Como dice el comercial de Omo, para aprender, uno se tiene que ensuciar. ¿Y de qué sirve vivir en NY si uno no compra nada y no junta entradas de museos, postales, fotos y libritos? Señores: bienvenidos a la ciudad del consumo.

5 comments:

skok said...

jajajajaja, manda fotos de tu hogar renovado. Un abrazo enorme para los 2 y nos vemos el 2008 en la ciudad del consumo. Veo que Pini será un gran asesor para comprar mi camarita digital, pero ¿para qué tiene 3?

Angelica Jensen said...

Que desastre! el que describes, pero no creo que tanto, aunque mi man te gana, creo, es vdd que el ser cachurero, es para siempre, porque no hay vuelta. En su apartamento de soltero tenía tanta mierda que le tiré a la basura, pero al juntarnos eso no ha cambiado en nada, ahora vamos por las mismas, en vez de cambiar él he cambiado yo. Si no pudes contra ellos unetele!

Feliz año 2008!

Pineda said...

Creo que la diferencia está en que si vives en NY las cosas siempre están ahí y las puedes comprar en cualquier momento, diferente a la sensación que tienen los que vienen por días y se afiebran buscando y comprando cuanta cosa nueva hay en esta ciudad. Yo haría lo mismo, por eso creo que tener tres cámaras en 5 meses es un lujo y a la vez un auto control aunque la tele ya fue una chiquillada de aquellas.

Colomba said...

Finalmente comenzar de nuevo, amononar, adornar, quizas llenarla de cosas, quizas volver al minimalismo pero lo lindo es ese nuevo lugar en el que se vivira y al que uno con cada "cachureo" le va dando cariñits amorosos.
Amo todo eso.
FELIZ AÑO!!!!

Nutela said...

de facebook me vine para acá. qué puedo decirte más que a mi me pasó lo mismo en baires y me sigue pasando y vamos sumando y cómo hago para devolverme con todo que no hay manera.

espero tu febrero no esté muy helado.

saludos

(sol)