Un espacio para escribir

Me gustaría hablar como Aldo Schiappacasse, el hombre me ha hecho una nueva interesada en el fútbol con su estilo. Me gustaría verme como alguna de las Parson, ya saben, desde la cabeza hasta los pies. Me gustaría escribir como Sergio Paz, con su fantástica relación cantidad-calidad. Pero la verdad es que no tengo el don de la palabra del primero, el look de las segundas ni la llegada del tercero. Por eso, a pesar de mi larga resistencia, me entrego al mundo de los blog, el mundo virtual de los sin voz. Y aunque sé que vengo llegando tarde (no saben cuánto me costó encontrar un lugar que no estuviera ya ocupado), espero que sea de algún provecho.

Friday, May 30, 2008

Esas odiosas comparaciones


Desde chiquitita me enseñaron a no indicar con el dedo y que comparar era muy feo. Mi pedazo es más grande que el tuyo, yo gano menos que tú, el pasto del lado es más verde…
Pero las comparaciones son estupendas para agarrar perspectiva. Y claro, la perspectiva tiene un prestigio social mucho mayor.
Así que nos fuimos con Pineda a conocer la famosa Washington DC, ciudad de la Casa Blanca, el Capitolio, el monumento a Lincoln y tanta cosa. Yo ya me sentía como Mr. Smith goes to Washington, pero a diferencia de James Stewart en el 39 no terminamos dando ningún discurso frente a los legisladores. Y bueno, no somos en blanco y negro sino a color.
El asunto es que ambos volvimos con el mismo discurso. “Estupendo, claro, PARA IR DE VISITA”. Como que alguien nos hubiera invitado a vivir. A duras penas nos pasan en la ciudad cosmopolita y ya nos agrandamos.
Porque, para uno que se cree newyorquer, la ciudad de los eventos políticos parece que se tomó una pastilla de chiquitolina para que ninguno de sus edificios fuera más alto que el famoso Capitolio. A esto se suma que la gente es más gorda (creo que es allá y no acá donde deberían legislar sobre la obligación de publicar las calorías de todos los alimentos a la venta) y hasta las cadenas de hamburguesas y cafés cierran a las 7 de la tarde un sábado en EL fin de semana más visitado… Es como ir a la provincia para uno que viene de la Gran Manzana.
Pero las 6 horas de viaje en bus de ida y las 4 y media de vuelta (diferencia sólo explicable porque nos fuimos en buses de Chinatown) sirven para tomar perspectiva de nuestra querida ciudad. Volver a mirarla con el ojo crítico de quien no vio una basurilla en el suelo y pudo mirar el cielo azul sin grandes edificios.
Para no inventar la rueda de nuevo, nada mejor que los clásicos. Y probablemente Woody Allen y Frank Sinatra son a NY lo que Voltaire y Montesquieu pueden haber sido al siglo de las luces, lo que Andy Warhol fue a la sopa Campbell y así. Además, ambos fueron pareja de Mia Farrow, lo que no significa nada pero no por ello deja de ser un hecho indiscutible.
Del viejo Frank, La Voz, rescato la letra completa de la canción que me tocan todas las mañanas en la radio y que se llama como mi manzana favorita (la grande ¿no?)… por sobre todo los siguientes versos:
“I want to wake up in a city that never sleeps, and find I'm a number one, top of the list, King of the hill”; “if I can make it there, I’m gonna make it anywhere!”.
Del venido a menos Woody, prendado de jovencillas, puedo rescatar muchas cosas de sus creativos años anteriores. Me quedo con: “No sólo no hay Dios sino que ¡intenta conseguir un electricista en un fin de semana!”
La conclusión sería entonces que, quizás, para hacerla en esta ciudad y pasar a ser la reina de la colina, la número uno, hay que ser electricista y ofrecer servicios los fines de semana.
Y claro, que en cualquier caso no hay que vivir en Washington. A menos claro que vayas a vivir en la Casa Blanca, trabajar en el Capitolio, o tener una gran influencia sobre cualquiera de esos dos edificios blancos.
Si esto de agarrar perspectiva es estupendo…

Thursday, May 29, 2008

New York en un día

¡Qué entusiasmo! ¡Qué eficiencia en su turismo! ¡Qué cómodos deben ser sus zapatos de marinos!

Me dan ganas de gritar con ellos el coro en estos primeros días de primavera...

Tuesday, May 20, 2008

Un pequeño homenaje

Aunque no conozco San Francisco y recién me vengo integrando a los lectores de la revista Wired, debo compartir una frase que captó todo mis sentimientos respecto de la pizza newyorquer:

“It costs $482.79 to get a decent pizza in San Francisco -$17 for the pie, $85 for cab fare, and $378.80 for the flight to New York.”


¡No quiero ni pensar cuánto costaría conseguirla si uno está aún más lejos!